Me paré en tus oxidados escalones
Con los ojos clavados en las vías
Las mismas que me alejan y me acercan
Golpeándome, sin piedad, con sus durmientes
Para que todos los recuerdos se despierten.
Cerré los ojos y los abrí rápidamente
Frente a mi se encontraban tus galpones
Más allá tus trenes y vagones
Que cansados de rodar, ya sin asientos
Han quedado recostados
En los verdes pastizales para siempre
Y giré mi cabeza bruscamente
Y me pareció ver intacta
La Escuela de Cadetes
Que a tu vera policías adiestraba
Y poniéndome en punta de pié
Hasta mi escuela 31 divisaba
La campana lejana del tranvía
Hace que mire de repente hacia otro lado
Y te veo: Marta Kosta, Redaelli y el “colo” Albano
Y a Roasio a Massino e Irigoyen, Jorge Huergo,
Los Cirones y cuantos otros que sus nombres no recuerdo.
Estación Tolosa Sud son tus ladrillos
Cada día que ha pasado de mi vida
Y tus vías son mis hijos que se expanden
Insolentes por la vida,
Ignorantes de tanta felicidad vivida.
Estación de Tolosa para siempre
Estación de Tolosa no me dejes
Que no me impidan seguir viendo tu puente
Que me lleva, que me trae y me devuelve
A mi niñez y floreciente adolescencia.
Estación de Tolosa deja que pasen
Los trenes de carga y pasajeros
Y dale un empujón a la zorrita
Para que saque de paseo a mis recuerdos.
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